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Agricultura

20/11/2014

El futuro del riego en la Argentina

Especialistas reunidos en la 4ta. Reunión Internacional de Riego, en Córdoba, aseguraron que se viene una "nueva ola" en los sistemas de irrigación en el país.
Público en la Exposición de Empresas de Riego.

Confianza y convicción en el futuro del riego complementario. Este fue el denominador común que estuvo instalado en el medio centenar de participantes de la 4ta. Reunión Internacional de Riego, que se efectuó en octubre en el INTA Manfredi.

Nadie omitió en el encuentro que la campaña agrícola 2014/15 no será de las más sencillas. Ni siquiera para quiénes contaron en los últimos años con el diferencial que les proveyó el riego, permitiéndoles sobrellevar mejor las sequías que dominaron hasta febrero pasado. Entre ellos, también se discute mucho sobre rindes de indiferencia y costos: los números se presentan muy ajustados, “al borde o en algunos casos, desbordados», al decir de un veterano regante.

No obstante, entre todos se advirtió un convencimiento muy firme: que las ya desarrolladas tecnologías de irrigación en la Argentina y las nuevas que se van sumando están llamadas a promover, pronto, un gran salto tanto en la eficiencia tanto en los lugares donde se establecieron sistemas de irrigación –desde los más antiguos y tradicionales a los más modernos- como en la cantidad de hectáreas regadas, duplicando las 2.200.000 a las que actualmente se aplican suplementos de agua. No por nada, en algunos corrillos se hablaba de una “nueva ola” del riego en la Argentina.

En la reunión se comentó que se conoce que hay sectores gubernamentales y técnicos que han estado trabajando en un programa cuyo objetivo es la evaluación de la potencialidad de expansión del riego en el país.

A esos efectos, muchos especialistas opinaron que sería importante emular las experiencias de los Estados Unidos, Chile o Francia, de donde vinieron tres de los principales disertantes del encuentro, que disponen de específicos planes de fomento.

¿Qué se viene en riego?

El director del Centro Regional Córdoba del INTA, ingeniero Eduardo Martellotto, verbalizó esas expectativas y resumió en un concepto el futuro que se avizora: “El riego en la Argentina, hasta hoy, ha desarrollado toda una tecnología que ha permitido fundamentalmente aumentar y estabilizar la producción. ¿Qué se viene hacia el futuro? Se viene la diversidad de cultivos, totalmente innovadores, acerca de los cuales los productores extensivos deberán capacitarse; el riego utilizando las herramientas de agricultura de precisión, o sea, el riego por sitio específico; el uso de aguas residuales o efluentes; y la aplicación de fertirriego y de agroquímicos a través de los equipos de riego con mayor eficiencia”.

La superficie bajo riego en la Argentina es actualmente de alrededor de 2.200.000 hectáreas: en el 70% se utiliza el método superficial o gravitacional. Más del 50% se localiza en la mitad de las provincias argentinas, según reseñó un trabajo presentado por cuatro técnicos: Lucio Reinoso, Roberto S. Martínez, Francisco Margiotta y Roberto M. Martínez, de Río Negro y Viedma.

El riego gravitacional es el que más eficiencia está demandando. En cuanto se consiga, ya habrá solo un paso hacia el gran salto. Otro paso se está comenzando a dar con el riego de cultivos extensivos con aguas residuales. El potencial es enorme, si tan sólo se piensa en las aguas residuales domésticas (urbanas) o industriales.

Por su parte, el Ingeniero Raúl Crespi (de la Universidad Nacional de Río Cuarto) expuso ejemplos más que ilustrativos: en Israel, el 50% de las aguas residuales urbanas se destinan al riego; las aguas residuales de la “mega-ciudad” de México proveen riego a 80.000 hectáreas; en los Estados Unidos, el agua con la cual los pivotes riegan miles de hectáreas tienen el mismo origen. En la Argentina existen directivas de tratamiento y protección del ambiente pero en la práctica “poco se tienen en cuenta”. Allí hay una asignatura pendiente, que bien se puede revertir.

RGS en cultivos extensivos

Tan sólo esas dos referencias muestran una faceta de lo mucho que hay para aprovechar. La plataforma para solventar “lo que se viene” se vió en los 48 stands de la exposición que se montó en Manfredi, acompañando al nutrido programa de conferencias. El 20% eran empresas que ofrecían sistemas de riego por goteo enterrado o subterráneo (RGS) o rubros y servicios afines.

En el Módulo de Riego de Manfredi hace tres años se inició la “movida”, con la experimentación en cultivos extensivos realizados con siembra directa, con la participación de empresas privadas. Lamentablemente, llevan dos campañas a las que no pudo “sacarse todo el jugo” que se esperaba porque se les cruzaron tormentas de granizo, que castigaron a las parcelas regadas con la misma furia que a las de secano.

2 millones de hectáreas en los EEUU con SDI

Para contrastar si lo que se viene haciendo va por buen camino, a la 4ta. Reunión se invitó a “Mister Riego” de los Estados Unidos, el ingeniero Freddie Lamm, de la Universidad de Kansas. Su disertación era muy esperada. En los Estados Unidos se empezó con el Subsurface Drip Irrigation (SDI) en la década del 60: actualmente, con este sistema, se riegan ¡2 millones de hectáreas! (14 millones más se irrigan con otros sistemas). Lamm fue declarado «Personalidad 2012 del SDI» por sus 25 años de investigación y desarrollo de la tecnología. Así que sabe sobre el tema.

Esas cifras y esa trayectoria demuestran que el riego por goteo enterrado es eficiente, eficaz y competitivo en aquella nación. En la Argentina se descuenta que ocupará los espacios a los que no llega el pivote, al que, por supuesto, no desplazará (lo mismo que acontece en el país del norte) sino que lo complementará.

Lamm contó cuál es el aval que hoy tiene el SDI: “En 25 años, ya hemos consolidado un sistema y dónde entró, nunca se lo reemplazó”.

En algunos estados estadounidenses rige un mecanismo de subsidios para cubrir una parte de las inversiones. En Nebraska, cuando un farmer se pasa del sistema de riego por surco al presurizado por pivote recibe un incentivo fiscal y lo mismo acontece si migra al goteo enterrado. Porque lo que se persigue es mejorar la preservación del recurso agua, proteger su calidad y desarrollar tecnologías que mejoren la productividad en las grandes llanuras. El riego por goteo enterrado asegura ahorro de agua, una eficiencia en el uso del 95%, no hay escurrimiento y se reduce la evaporación.

La experiencia argentina en RGS

El ingeniero Aquiles Salinas, hoy a cargo del equipo que trabaja en el Módulo de Riego de Manfredi, explicó que uno de los principales interrogantes al que debía darse respuesta era “cómo se distribuía el agua (por goteo enterrado) en los suelos con cultivos extensivos realizados en base a siembra directa, sistema en el que nunca se repite la dirección de los surcos con respecto a las líneas de goteo”. Han logrado conclusiones prácticas y concretas. Entre 1 metro y 0,80 cms. ya se puede descartar a 0,80 porque no hay diferencia productiva, por lo que con 1 metro entre líneas se consigue un ahorro en la inversión pues se precisan varios metros menos de mangueras.

En la campaña pasada se lograron rindes similares a los lotes con riego por aspersión (pivote), obteniéndose 130 quintales en maíz de primera y 30 quintales en soja de segunda, con cierta diferencia a favor del RGS por haber necesitado una menor lámina y por su mayor eficiencia al poner el agua junto a las raíces. En estos días, el Módulo con RGS muestra un trigo espectacular.

Salinas ratifica que se ve al RGS asentándose “donde no llega el pivote y en lugares con menores caudales que los que necesita aquel”. Con 35.000 litros “se pueden estar regando 40 hectáreas, lo cual es prácticamente impensable con un sistema de aspersión”, apunta.

También se han ido despejando dudas y acopiando información respecto a calidad de agua, aplicación de nutrientes, separación entre hileras, amenazas de roedores, taponamiento de cañerías y otras cuestiones. “Mister Riego”, Freddie Lamm, también trajo aportes desde los Estados Unidos, con soluciones –o problemáticas- parecidas a las que se someten a investigación aquí.

Con la “tabla” preparada

Con investigaciones, iniciativas y expectativas como las descriptas, muchos de los participantes de la 4ta. Reunión Internacional de Riego se están preparando o ya están listos para subirse a “la nueva ola” del riego en la Argentina que creen que vendrá, más bien pronto que tarde.

Por ahora, de lo que tienen completa certeza es de que volverán a encontrarse el año que viene, cuando en Manfredi se efectue un encuentro similar, pero concentrado en el Módulo de Riego Por Goteo Enterrado, según anticipó Salinas.

«Goteo de noticias» de la 4ta. Reunión Internacional de Riego

Asistencia perfecta. Todas las marcas de equipos de riego, por pivote y otros sistemas, estuvieron en la exposición de Manfredi: Lindsay, Valley, Reinke, TL (hidráulicos), Pampa Riego, Montenegro, y Regamatic.

Lanzamiento nacional. Yara hizo en Manfredi el lanzamiento nacional de YaraRega, para aplicar con equipos de riego (fertirriego). Aporta una formulación balanceada de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, zinc y boro. También se puede aplicar al voleo. Los primeros cargamentos llegaron al país a principios de noviembre.

Kilos de queso por hectárea. Así mide la productividad del tambo familiar el ingeniero Angel Barrenechea (hasta hace 6 años, extensionista del INTA). Llevó a la práctica lo que predicaba. Puso un equipo de riego en el tambo, que lo fue llevando a “enlazar eslabones” de la cadena. Ahora, con su familia, instaló una fábrica de quesos. Y entonces, habla de que produce “10.000 litros por hectárea hechos queso”.

Pimentón. En la 4ta. Reunión se dijo que “se viene la diversidad de cultivos, totalmente innovadores”. Algunos ya se han adelantado y están produciendo con éxito pimentón en San Luis (bajo riego, por supuesto). Y están armando la ingeniería de exportación.

No hay sobre-explotación. Se ha probado que “los acuíferos (de Córdoba) tienen capacidad de recarga”, sentenció un meticuloso trabajo de monitoreo realizado por el Consorcio de Usuarios de Aguas Subterráneas de la provincia. La aseveración está respaldada por el seguimiento de 157 perforaciones. “No se han detectado evidencias que permitan suponer que la extracción de agua para riego tenga un efecto significativo sobre los acuíferos”, ratifica el estudio.

Curiosa rotación. Llamó la atención lo que contó el francés Jean Claude Mallhol. En Francia hace poco menos de un lustro que le han dado impulso al riego por goteo enterrado. La práctica les aconsejó que debían rotar cultivos: hacen trigo-melón-maíz. Lo del melón dibujó más de una sonrisa a los argentinos, corrientemente demasiado altaneros. Otro ejemplo de “diversidad” e “innovación”, en todo caso.

Netafim. Empresa israelí, la primera en hacer una aplicación del sistema de riego por goteo enterrado. Lanzó en Manfredi una apuesta fuerte al desarrollo de esa tecnología en Córdoba y el país.

Rivulis. Otra empresa israelí que acaba de adquirir la sección de SDI (o RGS, según la sigla empleada por el Módulo de Riego de Manfredi) de John DeereWater. Con representantes cordobeses (Conci, concesionario John Deere en Córdoba) tiene ya varios proyectos en producción y otros en ejecución, en agricultura y ganadería.

MT Agro y Toro. Esta marca es líder en los Estados Unidos (y también en la Argentina). Se la conocía bastante antes porque sus sistemas de SDI son los más usados en campos de golf y otros deportes que necesitan buenos “fields”. Ahora, apostó a jugar en las “grandes ligas” de la agricultura y la ganadería. MT Agro es una joven empresa de Jesús María, Córdoba.

DRIPSA. Se presentó como una empresa “riojana” de riego por goteo enterrado.

Valley. Se confirmó que en 2015 tendrá lista su fábrica de pivotes en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. En el stand de la marca se publicitaba: “Más de 3.000 equipos operando en Argentina”.

Riego variable. Stanley Best, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) de Chile, hizo interesantes aportes sobre riego variable por pivotes. Se utilizan sensores de humedad en tiempo real. Otra herramienta que están experimentando: la termografía infrarroja, que permite la detección remota del estrés hídrico a partir de la interacción de la radiación con la vegetación.

20 de noviembre de 2014

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