En tanto que en áreas donde no es posible plantear dobles cultivos con comodidad, son una alternativa ideal para la rotación de lotes donde los cereales de invierno son la principal producción anual, favorecido esto por el menor consumo de agua para llegar al éxito de estos cultivos. Por su parte, el ingeniero agrónomo Gabriel Prieto, del INTA Arroyo Seco, recordó que arveja y lenteja son cultivos que conviven con trigo en sus zonas más fuertes (centro de Santa Fe y Entre Ríos, norte de Buenos Aires y también en el sudeste bonaerense) y sostuvo que este ciclo podría tener “un crecimiento importante por las dificultades comerciales del trigo”. En el caso de la arveja, ya el año pasado llegó a 250 mil hectáreas, cuando sus promedios históricos oscilan entre 80 y 120 mil has. (la lenteja registra un promedio de 80 mil has). Los márgenes brutos en campo propio, elaborados por Incrementar, son de 370 u$s/ha para garbanzo a u$s 480 pesos y rendimiento de 2.000 kg/ha (promedio de la Pampa Húmeda donde los costos son un poco más altos que en el norte de Córdoba, la región más garbancera). Para la arveja, el margen bruto en campos de Pergamino es de 170 u$s/ha por un grano a u$s 230 y un rinde de 2.500 kilos. Poletti indicó que en el caso de los alquileres se debe imputar una incidencia del 50% para el caso del garbanzo y de 30% en arveja.
En tanto, Prieto afirmó que “cuando se hace el análisis comparado entre el doble cultivo trigo/soja versus legumbre/maíz o legumbre/ soja, el margen es grande a favor de la secuencia con legumbres”. Agregó que “la diferencia más importante” respecto del trigo es que consume el 60% del agua que consume el cereal; “es decir que deja mucha más agua a los cultivos de verano”. Poletti ilustró que las legumbres son “un cultivo de cadena, la cual es traccionada por el comprador final, por lo que su producción implica saber con quién se las va a comercializar”. Dado que son una especialidad y no un commodity, no presentan cotizaciones futuras ni disponibles, aunque se estudian iniciativas en base a los registros de contratos, principalmente en garbanzo.
En arveja, la Argentina tiene la dificultad de que se siembra la variedad verde, cuando el mercado mundial demanda la amarilla. Igualmente, el mercado “está ágil” y la exportación sufre sólo 5% de alícuotas de las retenciones. El hombre del INTA pidió prudencia antes de lanzarse a hacer legumbres y advirtió que “en estos cultivos además de rinde hay que sacar calidad para lograr un buen precio; y esos parámetros dependen mucho del ambiente”. Poletti completó que la exigencia de calidad se explica en que “las legumbres son granos de consumo humano directo”. La arveja tiene la ventaja de componentes más sencillos en cuanto a una calidad satisfactoria y eventualmente puede tener destino forrajero. En el caso del garbanzo, la comercialización es por calibres, siendo los mayores de mejor precio, “con lo cual se producen varias mercaderías a la vez ya que los granos de calibre grande tienen un mercado completamente diferente a los granos más chicos»
Publicada en la edición Nro. 212. Mayo 2012.
Gabriel Quaizel, el mejor periodista de Supercampo!
Muy clara la nota.
Lamentablemente no valen las opiniones de los amigos. GQ