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Actualidad

07/05/2014

Los bosques argentinos, recursos estratégicos

Los bosques nativos e implantados cumplen un papel central en el desarrollo productivo de las provincias. Qué acciones lleva adelante el Senasa para el control de sus plagas.
Fuente: Senasa

La extensión de su territorio y la diversidad de sus climas permiten a la Argentina poseer una importante riqueza forestal. Este patrimonio es un recurso esencial de nuestro país que contribuye al bienestar y la mejora en la calidad de vida de la población.

La superficie forestal argentina está conformada por 33,1 millones de hectáreas de monte nativo (es decir, de especies específicamente nacionales como quebrachos colorados y blancos, lapachos, algarrobos y cedros, entre otras 90) y aproximadamente 1,2 millones de hectáreas de monte implantado o de cultivo (con coníferas, eucaliptus y salicáceas). Los primeros y más extensos se ubican en las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta, Misiones, Santa Fe y La Pampa; los segundos, en la Mesopotamia, Delta del Río Paraná, Buenos Aires, Córdoba y Neuquén.

Para nuestro país, los bosques de cultivo constituyen un recurso estratégico dado que, con el objetivo de preservar las especies nativas, más del 90 % de la industria forestal trabaja sobre ellos.

Según datos del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, existen más de 42 mil hectáreas destinadas a la producción. Esto implica que aproximadamente un 2% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional corresponde a la industria de base forestal. En 2012, los principales destinos de exportación fueron el Mercosur, Chile y la Unión Europea, y los principales productos enviados a estos mercados fueron papel y cartón (45%), pastas (24%), madera (17%), productos editoriales (7%) y otros (7%).

Con respecto a las perspectivas, desde asociaciones de productores forestales prevén que, en base a un análisis del sector, la Argentina tiene un potencial disponible para alcanzar una superficie de 5 millones de hectáreas forestadas y que, de lograr esta expansión, el país podría triplicar sus exportaciones pasando de los u$s800 millones vendidos al exterior en 2012 a u$s3.000 millones en un lapso aproximado de 10 años.

Un recurso esencial

En la Argentina, los bosques cumplen un papel crucial en relación con las necesidades de subsistencia de una gran parte de la población que vive en zonas forestales o sus cercanías, y les proporcionan un medio suplementario para la obtención de ingresos y alimentos.

Los alimentos de origen forestal constituyen una red de seguridad imprescindible que ayuda a la población a subsistir entre cosechas, cuando éstas se malogran o en época de sequía. Asimismo, son ricos depósitos de biodiversidad y proporcionan combustible a un gran número de personas para preparar sus alimentos y calentar sus hogares, a la vez que los empleos forestales son fuentes de ingresos de tantas otras.

Por otro lado, los servicios ambientales que proporcionan son decisivos para garantizar la producción agrícola sostenible: los bosques contribuyen a filtrar y mantener las reservas de agua; protegen los suelos contra la erosión, suministran forrajes y evitan la degradación de la tierra; también moderan el clima y frenan el calentamiento del planeta eliminando el dióxido de carbono de la atmósfera.

Algunos de los principales productos forestales no madereros incluyen los alimentos (como bayas, setas, plantas comestibles y animales de caza), el forraje y las plantas medicinales. Estos productos suelen recolectarse para el consumo doméstico o para el comercio local, aunque algunos se destinan al mercado de exportación.

«La supervivencia de los bosques realmente es una garantía de la supervivencia de la humanidad” aseguró el ex director de Recursos Forestales de la FAO, El Hadji Sène.

Acción del Senasa en los bosques

Con el objetivo de contribuir a la preservación del patrimonio forestal argentino, el Senasa realiza, en el marco de su Programa Nacional de Sanidad Forestal, actividades a través del diagnóstico y control de plagas y enfermedades que afectan a los bosques nativos e implantados.

Entre las acciones que realiza este programa se encuentran la fiscalización de centros de tratamiento y de embalajes de madera para reducir el daño y dispersión de plagas; la delineación de estrategias de control biológico en el marco del manejo integrado de plagas forestales, la determinación del estatus biológico de las plagas para cada región forestal y en base a ello identificar los lugares y árboles a inocular (por ejemplo, en el manejo de Sirex noctilio); la instalación de parcelas cebo, árboles trampa y jaulas de seguimiento; y el monitoreo para especies forestales específicas y plagas de importancia.

Estas plagas forestales –entre las cuales se encuentra la avispa barrenadora de los pinos, Sirex noctilio– pueden limitar tanto la producción como la comercialización y exportación de los productos y subproductos forestales. Además, son capaces de provocar daños en el ambiente con el consecuente efecto en el desarrollo de la vida de miles de personas que conviven con los bosques.

En tanto, con el fin de minimizar la dispersión de plagas desde y hacia terceros países, el Senasa controla los embalajes de madera utilizados en el comercio internacional.

Al mismo tiempo, realiza tareas de procesamiento y análisis de la información proveniente del monitoreo y el control de plagas forestales, del movimiento interno de madera –cuando forme parte de la estrategia de control de la plaga– y de la fiscalización de los embalajes de madera y de los centros de tratamiento por medio de su Sistema de Información Geográfica (SIG).

“Específicamente, el objetivo del Senasa con respecto a los bosques es avanzar en una estrategia fitosanitaria integral para el sector que favorezca su desarrollo sostenible, dado que la preservación de nuestros bosques es un aspecto esencial para el crecimiento del país y, en definitiva, el futuro de los bosques sólo se dará con un manejo sostenible del sector forestal”, afirma la coordinadora del Programa Nacional de Sanidad Forestal del Senasa, Laura Maly.

De esta forma, el Senasa atiende al aspecto fitosanitario de los bosques de la Argentina para proteger este patrimonio, garantizando su vitalidad, sanidad y desarrollo como elemento constitutivo esencial de los ecosistemas. Así, hace posible junto con otros organismos nacionales y provinciales que nuestros bosques continúen creciendo y brindando productos de calidad e inocuos que contribuyen al bienestar de la población y a su mejor calidad de vida.

FUENTE: Senasa

07 de mayo de 2014

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