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Ganadería

12/07/2019

Invernada: la era de las vacas gordas

La gran faena de hembras por la demanda china impacta en la “fábrica de terneros”. Se pueden lograr más kilos con invernada.
Con el sistema tradicional de invernada bien hecho en un año se pueden obtener hasta 400 kilos de carne por hectárea.

La faena de hembras alcanzó al 49 por ciento en los últimos meses y no es un buen dato porque se está liquidando la “fábrica de terneros”, suelen decir en el medio, mientras que la población vacuna se acerca a los 54,8 millones de cabeza que representan 3,3 millones de cabezas menos que los existentes en 2008.

Esa diferencia en los stocks bovinos complica la obtención de más kilos de carne frente a la demanda del mercado interno. Sin embargo con una buena invernada se pueden lograr hasta 800 kilos de carne por hectárea en la pampa húmeda, esta es una de las líneas de trabajo propuesta por el médico veterinario Andrés Kloster del INTA Marcos Juárez mediante el empleo de distintos sistemas de invernada que permitiría aumentar los volúmenes de carne.

Kloster compartió estos números con Super CAMPO en un seminario organizado por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en la Sociedad Rural de Río Cuarto, Córdoba.

FACTORES. “La invernada es una integración de factores que permiten alcanzar una mayor producción primaria en cantidad y calidad. Además tenemos una amplísima oferta de alfalfa, cultivos anuales, maíz y sorgo para silaje”, detalló Kloster.

Al respecto, el especialista del INTA Marcos Juárez contó que con el sistema tradicional de invernada bien hecho en un año se pueden obtener hasta 400 kilos de carne por hectárea y si se quiere hacer novillo pesado se pueden lograr entre 450 y 460 kg/ha.

Otro de los sistemas que se pueden implementar en la región es el basado en el uso de suplementación, alfalfas y verdeos que permite obtener un promedio de 600 kg/ha. En ese sentido comentó que persiste aun el uso de la invernada pastoril. “Es posible que haya que trabajar sobre ese punto”. También existen las invernadas como las pastoriles como suplementación a campo o la invernada asociada a ciclo completo. Es posible, además, una invernada pastoril con pre corral a pastoreo o la tradicional invernada con encierre final, entre otras. “Este sistema tiene mucho para dar, a pesar que para algunos es un tanto arcaico”, explicó Kloster. “La recría e invernada bovina sobre una base forrajera de alta productividad ofrece una producción muy estable. Además, sigue siendo una alternativa rentable dentro del menú de opciones regionales disponibles”, aseguró el técnico.

PROFESIONALISMO. Desde la mirada de Kloster, la Argentina se convirtió en una gran invernada de machos y hembras de ciclo completo, pero no es atendido con el profesionalismo que ponen los invernaderos puros: “Tenemos mucho por hacer en este sentido y en este tipo de sistemas en el que el ternero engordado no se atienda en forma adecuada”, explicó.

En las invernadas también se puede poner en práctica un sistema de encierre pre pastoreo para ajustar los terneros chicos a la futura invernada pastoril con suplementación.

Los encierres finales son parte del paisaje, pero también en los encierres de los campos mixtos chacareros se debe progresar en eficiencia acortando esos ciclos, porque “estamos en un escenario donde los ingredientes son caros, pero en los campos más pastoriles se debe lograr más eficiencia”, amplió Kloster.

CON SUPLEMENTACIÓN. Es una práctica ideal adecuada para atender el mercado interno y el exportador: “Hemos hecho cruzamientos con razas puras o continentales que nos permite lograr animales para hacer invernadas más cortas, que no superen el año», explicó Kloster.

Para el caso de los productores que hacen ciclo completo en sus establecimientos, el ternero de marca líquida ofrece más ventajas y permite hacer un producto de muy buena calidad. El especialista recomendó, asimismo, trabajar sobre la carga animal por hectárea que debe ser óptima y adecuada a cada sistema y a la estructura forrajera para evitar sobreexplotar el lote, ni tampoco hacer una sub carga porque “esto obligará a suplementar con recursos que tienen
precios mayores y el proceso se encarecerá más”.

La suplementación a campo es una herramienta que se puede aplicar de diferentes maneras, aunque está condicionada por la estructura de cada establecimiento, pero el grano seco “es como la cebolla que acompaña cualquier comida. En escalas más grandes la suplementación se puede mejorar mediante el suministro silajes, pero se debe incorporar en las etapas tempranas del proceso productivo a principios de otoño, cuando aún queda pasto en los cuadros” amplió el especialista, a la vez que recomendó suplementar durante la temporada veraniega con cantidades bajas.

PASTURAS. Las pasturas deben tener una base de alfalfa y complementarlas con gramíneas templadas plurianuales porque mejora la oferta invernal de forraje, facilitan el control del empaste, aunque necesitan un buen manejo. El recurso forrajero invernal se complementa con avenas en distintos estados, triticiales, centenos y cebadas como cultivos de cobertura y pastoreados en forma estratégica.

El pastoreo sumado a la suplementación de pasturas tiene como objetivo general mejorar los resultados económicos de la empresa a partir del ajuste de la carga animal implementar el pastoreo rotativo, efectuar intervalos entre los pastoreos y medir los remanentes. Estas prácticas permiten balancear las deficiencias de la calidad del forraje, mejorar la receptividad invernal y aumentar la productividad del sistema.

Por Eduardo Bustos para Super CAMPO.

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