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Economías regionales

20/09/2018

Entre Ríos: Más kilos por hectárea

Un establecimiento familiar entrerriano logra 250 kilos de carne por hectárea y novillos, que van desde 380 a los 430 kilos, basados en la buena sanidad y la alimentación casi natural de sus rodeos.
El rodeo está formado por animales Angus. Las vaquillonas se inseminan a los 15 meses, así como a las vacas vacías y luego se repasan con toros.

Lograr una producción de 250 kilos de carne vacuna por hectárea y novillos que van desde 380 a los 430 kilos, habla a las claras de que en el establecimiento «Los Pibes» hicieron bien los deberes. Arrancó como una explotación de 250 hectáreas en la década de los años ‘60 y hoy disponde de 730 hectáreas ubicadas sobre la ruta provincial 35, entre Seguí y Crespo, en la provincia de Entre Ríos.

El campo es una explotación familiar, dividida en seis lotes. Para la explotación agrícola se destinan unas 490 hectáreas y las otras 240 son de uso ganadero. Se trata de tierras de baja calidad, con precipitaciones que alcanzan a los 1.250 mm anuales de agua caída.

La superficie asignada a la ganadería está dividida en 40 hectáreas para los verdeos de invierno (avena), 20 hectáreas para los verdeos de verano (sorgo forrajero); 110 hectáreas van para la alfalfa y la festuca, mientras que 55 hectáreas pertenecen a cañadones y campos bajos. Quedan 15 hectáreas de monte sin explotar.

La mano de obra en la explotación es aportada por Moro y dos empleados. El padre, también acompaña en las actividades rurales, a pesar de sus 90 años. Esta es la explotación modelo que eligió el IPCVA para realizar una nueva jornada a campo.

EN FAMILIA. “Nosotros trabajamos y vivimos del campo, no tenemos otra actividad. Todas las tareas las realizamos con equipos propios, excepto la pulverización y la confección del henolaje, que lo contratamos a terceros”, explicó Orlando Moro, a Super CAMPO. Hoy el rodeo vacuno mantiene entre 300 y 400 cabezas Aberdeen Angus negros. De ese total, unas 200 son vacas de cría y hay cinco toros. Por año se obtienen entre 160 y 170 terneros, que terminan como novillos con más de 400 kilos. La ganadería se desarrolla en ciclo completo.

MANEJO. “El rodeo arranca con las vacas preñadas. El servicio es estacionado y se hace entre octubre y diciembre. La primera parte del servicio se realiza con IATF (Inseminación Artificial a Tiempo Fijo), hasta el 15 de noviembre. Luego mandamos los toros para repaso, porque comienza la actividad con la agricultura y nos queda poco tiempo para atender a la ganadería”, detalló el productor en diálogo con la revista. Antes de servir a las hembras se realiza un tacto preservicio, para determinar el estado del aparato reproductivo y se realiza una suplementación con inyectable a base de cobre, además de un tratamiento hornonal para que la vaca cicle.

La inseminación artificial se realiza en las vacas que fueron cabeza de parición y en las que quedaron vacías; mientras que en las vaquillas, la inseminación se realiza a los 15 meses y con un peso promedio de 300 kilos: “Con la inseminación a tiempo fijo logramos una preñez del orden del 50 al 60 por ciento, a primera inseminación”, amplió el productor.

Las pariciones arrancan a fines de julio, se extienden hasta agosto y eventualmente hasta septiembre. El servicio del rodeo general se implementa entre octubre y diciembre.  Las vaquillonas que van a servicio anticipado en noviembre, lo hacen con 320 kilos y para eso se suplementan con rollo y maíz. “Al tacto se logró alcanzar una eficiencia del 90 por ciento de preñez, con un promedio de terneros logrados que se ubica entre el 85 y el 88 por ciento, mientras que las bajas oscilan entre el 7 y el 8%, pero queremos disminuir esas pérdidas en el corto plazo”, amplió Moro.

CRÍA Y RECRÍA. “En Los Pibes hacemos destete convencional.
Cuando el ternero tiene entre 7 y 8 meses, ya come pasto y le damos un período de adaptación de una semana y, luego sale a la recría con unos 200 kilos. Una vez que se destetan hacemos una recría corta sobre pasturas de alfalfa y con alguna suplementación de rollo, pero sin granos”, detalló Moro. “Eso es lo que tiene de bueno el destete tradicional, que no es tan traumático para el animal”, agregó. El período de recría es corto, se extiende a unos cuatro meses y al fin los animales salen con 300 kilos aproximados. Cada cabeza tiene una ganancia diaria de 0,800 kilos y convierte en carne unos 100 kilos más. La reposición representa alrededor del 15 y el 20% de las hembras. La dieta se forma, en parte, con alfalfa de pradera y se complementa con algún rollo de alfalfa de buena calidad.

TERMINACIÓN. Los novillos se terminan y salen a la venta con un peso que puede oscilar entre 380 a 420 kilos entre octubre y noviembre, en confinación, con una edad que promedia los 15-16 meses. La hembra se van un poco antes con 360 kilos a partir de septiembre u octubre. Al comienzo de la terminación al animal recibe 65% de rollo y 35% de granos y concentrado. Más cerca de la terminación, cuando falta un mes, se ajusta la dieta con más granos y se hace un 50% y 50% de granos.

El período de terminación se inicia entre julio y agosto. “Es muy simple, se hace todo con recursos del propio establecimiento
y dura unos tres meses. La ganancia de peso a la terminación oscila entre 1,1 a 1,2 kilos de carne por hectárea/animal. Al año obtenemos un promedio de 250 kilos de carne por hectárea/año en ciclo completo”, agregó. El pastoreo de las vacas es rotativo. Se hace en potreros de avena y se le da una suplementación de silo picado fino, rollo molido y uno o dos kilos de grano molido por vaca. La vaca de refugo sale a la venta con un peso que puede ubicarse entre los 580 y los 600 kilos. La venta de la hacienda se realiza directamente en ferias de la zona, mientras que el próximo paso será iniciar los trámites para habilitar el campo para la exportación.

 

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