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Actualidad

30/08/2018

Soja: estudian genética para mejorar rindes y calidad

Los técnicos del INTA buscan desarrollar cultivares capaces de sostener el alto contenido de proteína, a medida que aumenta el rendimiento por hectárea, y lograr una mayor resistencia a plagas.
La soja es un grano estratégico en el comercio internacional, por lo que Vicentin destacó la importancia de asegurar su calidad.

Con más de 18 millones de hectáreas sembradas, la soja se posiciona como uno de los cultivos más importantes en la generación de divisas para el país. Sin embargo, los expertos aseguran que, desde hace una década, el aumento sostenido del rendimiento por hectárea va en detrimento del contenido de proteína en grano que, en la mayoría de los casos, se ubica por debajo del 40 %. Para evitarlo, el INTA promueve una agenda de investigación, en la que los especialistas buscan desarrollar cultivares que tengan buenos rindes y conserven la calidad.

“Desde el programa de mejoramiento genético en soja planteamos la necesidad de desarrollar cultivares rendidores y con alto contenido de proteína en grano, que mejoren la calidad”, aseguró Ignacio Vicentin –especialista del grupo de Genética, Mejoramiento y Biotecnología Vegetal del INTA Paraná, Entre Ríos–, quien no dudó en asegurar que esto permitirá “mejorar la competitividad de la Argentina en el mercado mundial”. Asimismo, destacó la importancia de desarrollar cultivares con resistencia genética a enfermedades y plagas: “Esto radica tanto en los beneficios económicos para el productor como para el ambiente, ya que se reducen las aplicaciones de productos fitosanitarios en soja”.

Para Vicentin, al mejorar la genética de los cultivos se reduce el costo por tonelada producida y se logra la resistencia a plagas y enfermedades, al tiempo que se aumentan los rendimientos y la calidad de los granos. “Todo este desarrollo repercute en un aumento de competitividad”, subrayó. El especialista consideró que la soja es “un grano estratégico en el comercio internacional”, por lo que destacó la importancia de asegurar su calidad. “En el proceso de industrialización de la soja, se extrae aceite y harina con múltiples usos en la alimentación humana y animal por su alto contenido en proteínas y su perfil de aminoácidos”, explicó.

Además de la calidad y del rendimiento, Vicentin aseguró la necesidad de aumentar la resistencia de la soja a plagas y enfermedades, como sucede en el caso de las chinches. “Identificamos nuevas sojas que producen una alta mortalidad de ninfas de chinches al alimentarse de vainas verdes”, indicó Vicentin, quien detalló que esta resistencia natural de las plantas se está incorporando al programa de cruzamientos del INTA.

Fuente: INTA

Vicentin: “Desde el programa de mejoramiento genético en soja planteamos la necesidad de desarrollar cultivares rendidores y con alto contenido de proteína en grano”.
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