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Agricultura

16/12/2016

Integrar manejos desde la nutrición de la soja

Hoy en día no se puede pensar en distintos manejos en el cultivo de soja. Control de malezas, enfermedades y plagas pueden potenciarse al corregir aspectos nutricionales del cultivo.

Con la estructura actual de costos e impuestos, el cultivo de soja debe encararse con un nivel de tecnología que tienda a aumentar la productividad por hectárea, para  reducir el costo por kilo obtenido. El precio de venta lo pone el mercado y el de compra lo genera el mismo productor. La única forma de bajar el “costo de compra” es  aumentando la producción potencial.

La nutrición foliar complementaria es una herramienta fundamental que se basa en corregir déficits de nutrientes, y que sirve en la optimización de los tiempos de cerrado de surco al aumentar la velocidad de reproducción celular, de forma de reducir la incidencia de enfermedades o lograr recuperaciones de área foliar luego de situaciones de estrés, tanto bióticas como abióticas.

Uno de los problemas más graves del cultivo de soja es la presencia de malezas resistentes a glifosato (latifoliadas o gramíneas). Integrar el uso de herbicidas pre- emergentes con prácticas que favorezcan el cerrado del surco a partir de la estimulación nutricional, permite solapar la residualidad de los primeros con la eficiencia del sombreado en el control pos-emergente de malezas. Lo mismo ocurre con los problemas bióticos. Un cultivo con una mayor tasa de crecimiento, corrige más rápidamente los daños tempranos causados por la presencia de enfermedades y plagas que generan caídas en los Índices de Área Foliar, necesarios para que el cultivo maximice su potencial productivo.

 COMPO Expert posee en su portafolio de productos a Basfoliar® Soja (23-9-16 +  microelementos). Su formulación en base a Nitrógeno, Fósforo y Potasio, con el agregado de Magnesio, Manganeso, Boro y Zinc, entre otros elementos, optimiza todos los procesos metabólicos, aumentando la eficiencia en el uso de Nitrógeno ya asimilado por la planta. En definitiva, la estrategia de uso pasa por optimizar el estado de la fuente de recursos de la planta, fundamentalmente la energía radicular y el Índice de Area Foliar, para estabilizar o maximizar el rendimiento, según las condiciones productivas de cada ambiente.

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