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16/10/2016

Consejos para incluir el pepino en la huerta

Este cultivo típico del verano puede iniciarse con siembra directa o en almácigo y posterior trasplante. Qué tener en cuenta para su desarrollo exitoso. FOTOGALERÍA.
La planta de pepino, desde muy chica, comienza a cuajar sus flores y a formar los frutos basales.

El pepino (Cucumis sativus) pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, conformada por una gran cantidad de cultivos estivales (zapallos, melón, sandía) muy diversos en tamaños, formas y colores, todos de origen tropical. El pepino es un fruto comestible que se utiliza en ensaladas principalmente por su gran poder refrescante. También se usa para encurtidos y acompaña sandwiches y guarniciones. Tiene muchos usos cosméticos.

En la Argentina el pepino es un cultivo típico de los cinturones verdes. Se produce durante los meses de verano, pero por su bajo consumo siempre se trató de un cultivo secundario.

En los últimos años se amplió la oferta por su inclusión en la producción de invernadero y por la aparición de nuevas variedades que mejoraron la calidad, el sabor y su digestión.

La producción coincide en las distintas zonas geográficas con otros cultivos como pimiento, tomate y berenjena. Se puede cultivar al aire libre cuando pasa el peligro de heladas, pero la producción en invernadero aprovecha la posibilidad de cosechar en épocas más tempranas y lograr mejor calidad de fruto.

Variedades

Hay una amplia disponibilidad de variedades, pero los tipos pueden caracterizarse en frutos cortos o largos, y para encurtido. Aunque las flores de las cucurbitáceas necesitan de insectos (abejas, avispas y otros polinizadores) para llevar el polen de las flores femeninas a las masculinas, la mayoría de las variedades actuales no requieren la presencia de este tipo de insectos para fertilizar las flores femeninas, ya que se trata de variedades seleccionadas en las que se forman los frutos sin necesidad de la fecundación.

El cultivo

Las plantas poseen hojas medianas, de tipo acorazonadas, muy pilosas, más chicas que las de los zapallos. La planta es rastrera; el tallo tiene zarcillos y espinas, es anguloso, emite brotes laterales y según la variedad puede generar una planta extremadamente grande de varios metros de longitud. Tiene flores medianas, amarillas, femeninas y masculinas en una misma planta. En las yemas de cada hoja se pueden emitir brotes y flores.

Iniciación

El cultivo se puede iniciar por siembra directa, o almácigo y transplante, a fines de invierno en forma protegida del frío, o ya en la primavera y durante el verano. Como todas las cucurbitáceas, el pepino tampoco puede transplantarse a raíz desnuda por la dificultad de generar raíces adventicias. Como la tasa de crecimiento del plantín es muy rápida, los plantines en almácigos requieren el cuidado de ser transplantados a tiempo y que no se pasen. Es un cultivo que sufre más las bajas temperaturas que otros: con temperaturas menores a 12º C se detiene mucho su crecimiento. Se transplantan a 40 o 50 cm entre plantas, ya que se forman plantas grandes. Si es un cultivo a campo y en forma directa, se siembran a golpe colocando de a dos semillas cada 40 o 60 cm.

Labores culturales

Como es una planta alta, rastrera y el fruto se deteriora con el contacto con el suelo, se ve muy beneficiado con un tutorado en forma vertical, que se pueden hacer con cañas atando la planta sobre esta. Cuando la planta es muy vigorosa, se despuntan algunos brotes y se van guiando en el tutor para aprovechar mejor la productividad.

Ciclo del cultivo

El ciclo de plantación a cosecha puede ser muy rápido (desde 50 a 60 días) ya que la planta desde muy chica comienza a cuajar sus flores y a formar los frutos basales. Se trata de cultivos de tipo indeterminados, que puede mantenerse en cosecha a lo largo de meses, dependiendo del tipo de conducción, podas de mantenimiento y la sanidad.

Las bajas temperaturas detienen el crecimiento, y las heladas lo deterioran totalmente. Las temperaturas óptimas son de 20ºC hasta 32ºC, y requiere una alta humedad relativa, ya que si no contraen enfermedades que forman manchas blanquecinas que terminan secando la hoja.

Cosecha

La cosecha se realiza cuando el fruto alcanzó el tamaño que indica la variedad. No debe superar el tamaño aconsejado, ya que se producen deformaciones, el fruto se pone más ácido y se torna más acuoso.

Adversidades

Se trata de un cultivo rústico, pero sensible a varios insectos y enfermedades: pulgones y moscas blancas (sus colonias pueden formar fumagina densa), trips, arañuelas rojas y especialmente la enfermedad conocida también como “ceniza”, de forma blanca pulverulenta, llamada “oidio”.

FUENTE: Mariana del Pino de MAPO, exclusivo para Sabe la Tierra.

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