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17/08/2016

Porotos con chocolate en el año de las legumbres

Te proponemos una receta para disfrutar del sabor y los beneficios nutricionales de las legumbres pero en un plato dulce: brownies de porotos negros y pasta de maní.
Brownie de porotos negros con pasta de maní casera. FOTO: Sabe la Tierra.

Generalmente, cuando hablamos de legumbres y de incluirlas en nuestra alimentación, lo hacemos pensando siempre en platos salados. El guiso de lentejas, el locro, los porotos en escabeche, un colchón de arvejas, garbanzos para hummus y sopas… Pero jamás se nos ocurriría, como primera opción, pensar en usarlos para preparaciones dulces o postres. En la cocina de oriente esto es más común; incluso preparan una mermelada con porotos aduki que combinan con arroz dulce para postre. Pero por estas latitudes aún no lo vemos tan seguido.

Actualmente existen muchas opciones que nos permiten incluir legumbres en la cocina más allá de los típicos platos conocidos. Tortas, budines, hamburguesas, harinas sin gluten, repostería y pastelería entran en estas nuevas posibilidades. Sólo hay que animarse a probar nuevos sabores, a crear combinaciones originales, buscar otros caminos y nuevas recetas. Todo está permitido en la cocina: juguemos a ser alquimistas, magos o grandes chefs. ¡Probando se aprende y se come rico, sano y casero!

Hoy vamos a utilizar porotos negros. Son fuente de proteínas de carácter vegetal, hidratos de carbono complejos, fibra, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro y el magnesio. Y aportan, además, buenas dosis de calcio y fósforo. Sus hidratos de carbono complejos brindan energía de alto rendimiento sin modificar el índice glucémico de forma brusca, como ocurre con los azúcares refinados y las harinas blancas.

Poseen grandes cantidades de fibra, lo cual facilita un buen funcionamiento de los procesos gastrointestinales. Además, estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas para nuestra salud.

Para que no se pongan duros los granos durante la cocción, lo mejor es agregar la sal al final de la misma. Y para optimizar la absorción del hierro que proveen, lo mejor es consumirlos junto con unas gotas de jugo de lima o limón.

Y ahora los vamos a usar para preparar un rico postre, que también puede ser una deliciosa merienda o un súper desayuno.

Receta: Brownies de porotos negros y pasta de maní casera

BROWNIE

Ingredientes

1 y ½ tazas de porotos negros cocidos

1/2 taza del agua de cocción de los porotos

2/3 de taza de cacao en polvo sin azúcar

½ taza de azúcar integral orgánico o mascabo

¼ taza de aceite de coco templado

1 cda de extracto de vainilla

½ cda de sal marina o rosada

1 huevo pastoril

Pasta de maní, a gusto

Preparación

– Precalentar el horno a temperatura media-baja (180°).

– En un molde rectangular o cuadrado (20 x 20 cm aprox) colocar papel manteca apenas aceitado. Si el molde es de silicona no hace falta aceitar.

– Procesar los porotos ya cocidos, con la ½ taza de agua de cocción y la pizca de sal. Tiene que quedar como un puré consistente, no como una crema.

– Agregar el azúcar, el extracto de vainilla, el cacao y el aceite de coco templado (para que esté líquido) y volver a procesar todo junto.

– Una vez obtenida una mezcla homogénea, pasar a un bowl. Batir un huevo y agregarlo a la preparación revolviendo enérgicamente. La mezcla obtenida será bastante pastosa, no líquida.

– Colocar la mezcla en el molde elegido, hasta que quede bien distribuida.

– Si se desea, agregar cucharadas de pasta de maní y mezclar sólo la superficie haciendo dibujos con la parte de atrás de una cuchara o un palillo de sushi.

– Llevar al horno 20/25 minutos o hasta que la superficie se vea sequita.

– Dejar enfriar antes de cortar y a disfrutar!

PASTA DE MANI

Ingredientes

2 tazas de maní natural pelado y tostado 10 minutos en horno medio (¡que no se queme!)

1 cda de té de aceite de coco neutro

1 pizca de sal marina

Preparación

Poner el maní tostado y la pizca de sal en la procesadora. Procesar varias veces, va a pasar de un arenado de maní, a una arenilla y luego a una bola de pasta. En ese momento le agregamos el aceite de coco (sólo una cucharada de té, sino queda muy aceitosa!!) y volvemos a procesar hasta conseguir el punto cremoso deseado! Hay que tener paciencia!

Opciones: si te gusta dulce, podés procesarla con una cucharada de miel o agave. Si te gusta con dulce de leche, una vez que esté lista la mezclás en un bowl con el dulce de leche y que quede apenas mezclado pero no homogéneo.

¡Y listo! Se puede guardar en un frasco hermético en la heladera y dura hasta 1 mes o más.

FUENTE: Mariana Bisso de Cocina Mona exclusivo para Sabe la Tierra.

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