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28/06/2016

Aumentar la superficie, la apuesta

El décimo segundo Simposio de Cereales de Syngenta reunió a más 500 personas entre asesores y especialistas. Se espera un 20% más de áarea cultivada y mayor productividad gracias a la tecnología.
Auditorio del 12º Simposio de Cereales de Syngenta.

A poco de haber comenzado la siembra de invierno de la campaña 2016/17, Syngenta llevó a cabo su 12º Simposio de Cereales, al que asistieron productores y técnicos de toda la región. En esta campaña hay expectativas renovadas para el trigo y la cebada, y la apuesta de la mayoría de los productores es seguir creciendo en cuanto a superficie de cereales. Esto invita a tratar de acercar el rendimiento real al rendimiento potencial. Según estiman diferentes organismos públicos y universidades, en muchas zonas se espera una gran recuperación de la superficie de trigo -cerca de un 30%-, y una baja del 12% de cebada, lo que resulta en un 20% de aumento de la superficie de cereales.

La primera presentación estuvo a cargo del ingeniero agrónomo Emilio Satorre, de Fauba, quien disertó sobre tecnologías y las oportunidades para aumentar el rendimiento. “El aumento en la mejora de la productividad es de aproximadamente 30 kg/ha por año, aunque es menor que la de los años previos a los 90. La mayor tasa de crecimiento de rinde se dio en la zona centro oeste de Bs As. El 60% del rendimiento está explicado por factores que el productor no controla, como los climáticos, y el 40%, que es importante, se debe al manejo y componentes tecnológicos”, sostuvo. Y agregó: “El impacto de las tecnologías se incrementa en las zonas más productivas y se reduce en las zonas marginales, más expuestas a la variabilidad climática, aunque el manejo, la aplicación de tecnología específica para cada problema y el reconocimiento del ambiente permite quebrar las dificultades”.

A continuación, el ingeniero David Hughes, de Argentrigo, explicó que “la demanda es la que tracciona la producción: hay que tener en claro a quién se le vende. Hay regiones en el mundo mayormente productoras y otras mayormente consumidoras de trigo. Un ejemplo es el de Argentina, que tiene un excedente, y Brasil, que es deficitario. Debemos pensar en otros mercados potenciales para cuidar y desarrollar las relaciones, como África y el resto de Sudamérica”.

Además, aclaró que todo trigo que se vende tiene determinadas características de calidad, que empieza con la genética del cultivo y sigue con el manejo, tecnología, almacenamiento y cuidados. “Por debajo de 10,4% de proteína es muy difícil hacer pan, por lo que es importantísimo entender que no vendemos trigo sino un insumo para una industria que quiere producir harina todo el año. Debemos hacer un análisis para saber qué producto tenemos y vendérselo al que lo necesita. Se habla de cadena porque ésta sirve para ‘traccionar’ desde la demanda y no para ‘empujar’ los productos desde la oferta”, concluyó.

Manejo por zonas de producción

Para analizar la producción de trigo se convocó a asesores de diferentes provincias. Para Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba se presentó el ingeniero agrónomo Pablo Angelotti, de CB Agro. Según dijo, “una de las problemáticas más importantes respecto a malezas es el manejo diferencial de Lolium sp. (Ray grass) resistente a glifosato, que representa un 20%, con niveles de infestación baja media y alta, para lo que debe realizarse un manejo en barbecho, pre y post emergencia». «Respecto a enfermedades, royas, manchas foliares y fusariosis son las principales y las que determinan el mayor porcentaje de aplicaciones. Proponemos elección de variedades, según potencial y perfil sanitario, además de tratamientos en caso de ser necesario. Con respecto al uso de carboxamidas, y en particular a Reflect Xtra, el uso de este producto versus el testigo superó los 1.000 kg/ha. En 2014 la roya del tallo fue muy grave y afectó a la mayoría de los productores. En general, estamos acostumbrados a roya de la hoja, pero la del tallo es más virulenta”, agregó.

Según el ingeniero Matías Ermácora, de grupo Crea Norte de Buenos Aires, “el resultado económico no debe ser el único indicador para decidir hacer o no trigo. Debe considerarse eficiencia del sistema, balance de carbono, diversidad microbiana, manejo del suelo y manejo de malezas». «En nuestra zona pensamos hacer trigos de calidad 2 y 1, evaluando productividad, almacenamiento y comercialización. Además, se hará cebada en ambientes de productividad media, con un buen manejo y control de enfermedades”, señaló.

Seguidamente, Mauro Mortarini, del oeste de Buenos Aires, explicó: “Este año el escenario es interesante ya que las napas están altas, hay buenos regímenes hídricos y buenas perspectivas de rinde. Estamos trabajando con ciclos largos, y ya avanzado julio se empieza con ciclos cortos”. Entre los factores reductores de rinde más importantes destacó la chinche marrón, que se controla con tratamientos de semilla “ya que los daños más graves se dan en implantación». «En malezas, ya es un problema grave el avance de Amaranthus resistente a glifosato, y debe evitarse. Viola y rama negra deben manejarse previo a la implantación del cultivo y tienen excelente control con herbicidas ALS; y en enfermedades como roya de la hoja se observaron respuestas de 1400 kg/ha con fungicidas sobre el testigo”, agregó.

Con respecto a la calidad industrial, comentó que “en general hay baja adopción de grupos 1, se usan mayormente grupos 2 y 3”. Y destacó: “Para captar un negocio de alta calidad hay que estar muy atentos y tener en cuenta la demanda de esa campaña.”

Finalmente, el ingeniero agrónomo Miguel Redolatti, de CREA Sudeste de Buenos Aires, explicó que “en la zona serrana, sobre todo en los bajos, las heladas son muy limitantes. Hay zonas con un 10% de riesgo de helada en floración, y otras con 70% de riesgo. En regiones con influencia marina, este riesgo es menor. El manejo no es fácil, ya que para evitar heladas en zonas de riesgo se intenta sembrar tarde ciclos largos, pero florece tarde hacia el 20 de noviembre, por lo que se pierde potencial de rendimiento y aumenta el riesgo de golpe de calor”.

Enfermedades y malezas en cereales

El módulo de enfermedades comenzó con la disertación del ingeniero agrónomo Diego Álvarez, de la empresa Lares Pergamino, quien consideró que el lote es la fuente principal de información. Recomendó, a su vez, monitorear y no aplicar si se observa baja presencia de inóculo. “El parámetro principal para cuantificar las enfermedades es la incidencia. Luego puede tenerse en cuenta la severidad”, indicó. “El mayor porcentaje de fungicidas -agregó- se aplica en la primera quincena de octubre, principalmente por presencia de mancha amarilla, roya de la hoja o roya del tallo. Antes de aplicar, es clave mirar las curvas epidemiológicas. En los últimos años los mejores resultados surgen de la doble aplicación de mezcla de fungicidas. Por los resultados obtenidos en las últimas campañas, aconsejamos usar carboxamidas bien temprano para aprovechar su persistencia. Con ReflectXtra se mejora en al menos 100 kg/ha a AmistarXtra y sobre el testigo hay un incremento del 1500, 1600 kg/ha. Lo ideal es aplicar una carboxamida con baja incidencia y máxima persistencia, y luego una mezcla. Todo a las dosis correspondientes”.

El mercado de fungicidas sigue teniendo a Syngenta como líder indiscutido. Entre los productos más utilizados del mercado están ReflectXtra (carboxamidas), el ya conocido AmistarXtra y AmistarXtra Gold -la nueva formulación que incluye coadyuvantes para potenciar la eficiencia de los ingredientes activos-. En protección de semillas, la recomendación fue Vibrance Integral, un fungicida- insecticida terápico para semillas de cereales.

A su turno, el ingeniero agrónomo Ramón Gigon analizó el manejo de malezas difíciles en cereales de invierno y destacó que hay muchas malezas resistentes a nivel mundial, como sanguinaria, avena fatua, lolium, apio cimarrón, coniza, sonchus, entre otras. “Las precipitaciones tienen efecto sobre las malezas; en años de sequía bajan algunas especies pero aumentan otras, por lo que no sólo los herbicidas generan presión de selección. El efecto del cultivo antecesor también influye. Hacer relevamiento de malezas en muestras de semillas de trigo es importante con respecto a la dispersión. La cosechadora dispersa avena fatua, lolium y ordeum, entre otras. El lolium (Ray grass) es la maleza principal. Se recomienda el control de lolium resistente a glifosato con herbicidas post emergentes en barbecho. Con respecto a la emergencia de avena fatua en cereales de invierno, el rendimiento es mayor aplicando temprano Axial”, expresó. Para barbecho y post emergencia temprana se recomendó el uso de Cerillo, Axial y Peack Pak, por su mayor poder de control y eficiencia frente a otros productos del mercado.

Sustentabilidad y compromiso

Desde la compañía se sigue apostando a una producción sustentable, más amigable con el ambiente y que disminuya pérdidas y desperdicios de alimentos – el 81% de pérdidas se originan en post cosecha y almacenamiento -. Para esto, Syngenta lanzó compromisos y objetivos de desarrollo sustentable para el 2020, contemplados en The Good Growth Plan. Entre estos objetivos se destacan: más alimentos; menos residuos -hacer cultivos más eficientes aumentando la productividad sin más agua, tierra o recursos-; más biodiversidad; menos degradación -recuperar tierras cultivables promoviendo la biodiversidad-; más salud; y menos pobreza -capacitar pequeños agricultores, promover la seguridad de las personas y cuidar de cada trabajador-. Para esto se mide anualmente a un grupo de productores referentes en cuestiones de productividad, se realizan prácticas de capacitación de uso seguro de productos y envases, programa de depósitos con los distribuidores y programa para estudiantes de escuelas agrotécnicas. Además, Syngenta lidera el Programa de Paisajes Multifuncionales, desde donde contribuye con las colonias de polinizadores para mantener la biodiversidad en cada lote.

El ingeniero Daniel Courreges, director de Investigación y Desarrollo de Latinoamérica Sur de la compañía, reflexionó sobre el compromiso que la empresa mantuvo con los cereales durante estos últimos doce años y aún en los años difíciles del cultivo. “A pesar de las coyunturas, Syngenta siempre trabajó en la generación de espacios de capacitación y en el lanzamiento de nuevas tecnologías. Con sólo repasar los nombres de los productos, nos encontramos con herbicidas como Banvel, Misil, PeakPack, Topic 24 EC y Axial; fungicidas como Tilt 25 EC, Alto, Artea, Quilt, Amistar Xtra, AmistarXtra Gold, hasta ReflectXtra y el futuro SDHI; y en genética, desde el trigo pan, trigo candeal y cebada maltera, hasta en el futuro con cebada y trigo híbridos. Años de investigación para apoyar al productor, al desarrollo de cereales”, concluyó.

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