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04/05/2016

Agrofinanzas, trading y riesgo

El ingreso de inversores financieros que operan en futuros, fuera de los fundamentos agrícolas, cambió el escenario donde se juegan los precios de los productos del agro.
Simposio "Del Sur al Mundo en 2030: Seguridad Alimentaria Global y Bioenergía".

Tres especialistas disertaron sobre estos temas en el Simposio Del Sur al Mundo en 2030: Seguridad Alimentaria Global y Bioenergía, que se realizó a mediados de abril en el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en la CABA, organizado por la Cátedra de Agronegocios y el Departamento de Bioeconomía, Políticas Públicas y Prospectiva (BIOP3) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).

Andrés Vilella Weisz, licenciado en Economía de la UBA y Magister en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), se refirió a «El otro tercio, Macrofinanzas + Agrofinanzas” para explicar cómo los mercados financieros influyen en los agrícolas.

Recordó que hasta el año 2000 estaban quienes protegían sus stocks y los especuladores, que compraban barato y vendían caro. Luego aparecieron otros que hacían lo mismo, pero operaban sobre canastas de productos, haciendo inversiones sin tener en cuenta los “fundamentals” del mercado pero utilizando los commodities como un producto más de inversión. Precisó que “dos tercios de los precios de los granos se explican por los fundamentos del mercado, y el tercer tercio se da por las variables financieras, es decir las ‘extra fundamentals”.

El dólar se devaluó de 2000 a 2014, luego se fue apreciando y cuando el dólar sube, sufren las commodities. Cuando sube la volatilidad del petróleo, también crecen los precios agrícolas y los productores no están lo suficientemente cubiertos. Es por ello que desde 2003 hay una gran inversión en commodities por operadores no vinculados al sector.

“Esto provoca la financiarización de las commodities, es decir el ingreso masivo de inversiones en los mercados de commodities que en estas condiciones se transforman en vehículo de inversión, quedando sus índices descorrelacionados de las acciones”, indicó el especialista. Además, hay factores que afectan a varios mercados a la vez, como el aumento de la demanda en cantidad y calidad de alimentos y la devaluación del dólar.

Explicó Vilella Weisz que existen dos tipos de inversores clásicos. Los llamados hedgers, traders quienes utilizan los derivados como cobertura, que son productores y consumidores de commotidities; y los especuladores, quienes no tienen interés en el producto físico (granos) y operan en el mercado para generar una ganancia por cambios en los precios. Ahora aparece un nuevo jugador: son los traders de índices de commodities. Tal como los traders originales, no tienen interés en el negocio físico pero, en vez de operar activos individuales, sus decisiones se desarrollan en torno a una canasta de commodities.

“Previamente al año 2000, el mercado de commodities estaba desacoplado del resto de los mercados financieros. En la última década aumentó el interés en commodities, ante la necesidad de los inversores de diversificar sus carteras. Antiguamente, la transacción de commodities era estrictamente un negocio real, pero a partir del 2005 ingresan inversores externos al sector, buscando diversificarse o especular, proceso denominado financiarización«, señaló.

La financiarización de commodities puede generar movimientos debido a que los futuros se venden y compran sin basarse en los “fundamentals” de una commodity específica, sino por decisiones de portafolio de inversión o por comportamientos en manada. Si una gran parte de las inversiones en commodities es controlada por índices pasivos, es razonable que se muevan en manada ya que los índices tienen ponderaciones de commodities preseteadas.

Los índices surgen de una canasta de contratos de distintas commodities con vencimientos cercanos, pero mayores a un mes, para evitar entrega física de granos. Por otro lado, existen los fondos que replican índices (ETF – Exchange Traded Funds). Así, los inversores minoristas pueden operar en commodities a través de los ETF. Este nuevo flujo de capital genera nueva demanda que influye sobre el valor de los commodities. Los índices más populares son el Goldman Sachs Commodity Index (mayor ponderación en aceites) y el Dow-Jones UBS Commodity Index (mayor ponderación en productos agrícolas)

Los traders al operar con índices calculan series de retornos mensuales de alta frecuencia por cada commodity y estiman las correlaciones entre cada uno. A partir del 2003, se produjo un gran flujo de inversiones en commodities a través de los ETF y los fondos de inversión. El rápido crecimiento de los índices de commodities derivó en un aumento en la correlación entre los no energéticos como el petróleo. Este efecto es mayor en las commodities que ponderan en los índices más utilizados, lo cual produce un derrame de volatilidad que evidencia de un proceso de financiarización.

Por tal motivo, los precios no se mueven solo por fundamentals, aunque no hay evidencia de que la financiarización provoque un aumento de los precios de las commodities que generalmente están influenciados por factores micro, propios del segmento de cada rubro de las commodities (agro, energía, minerales). “No obstante -dijo Vilella Weisz- en la última década los segmentos se mueven en conjunto, por eso no es mera coincidencia que los precios del petróleo, los minerales y los productos agrícolas hayan subido al unísono de 2001 al 2007, hayan tocado un máximo abrupto, en forma conjunta, a mediados de 2008 y (hayan experimentado) una caída pronunciada en 2009, para tocar un nuevo máximo conjunto en 2011”.

Desde el punto de vista macroeconómico, se explican estos movimientos conjuntos por el aumento en la demanda mundial de granos: la especulación financiera por compra, en forma física o financiera, en anticipación de una ganancia futura con una política monetaria laxa, con bajas tasas de interés real.

Por la inflación, se produjo una gran volatilidad de precios en el último año, lo cual evidencia que tasas reales altas se condicen con precios bajos mientras que stocks altos coinciden con precios bajos. Normalmente, cuando las tasas suben 1% (100 puntos básicos) las commodities caen en promedio 5%. Vilella Weisz sotuvo que “respecto del ‘otro tercio’, los factores financieros ofrecen perspectivas no positivas para las commodities. La tendencia de largo plazo seguirá siendo positiva, pero habrá que transitar un corto y mediano plazo, en el que habrá importantes cambios en los centros gravitacionales financieros mundiales, registrándose precios altos pero no máximos”.

Por su parte, José Gobeé, experto en inversiones en el sector de agro y alimentos y profesor en el MBA de Agronegocios de la Universidad Austral, expuso sobre “Seguridad alimentaria y nuevos fondos de inversión internacionales en agro”. Según sostuvo, con el aumento la población y las 2.000 millones de personas que en las últimas décadas ascendieron a una clase media o media baja, ante la necesidad de asegurar la seguridad alimentaria de la humanidad los fondos de inversión internacionales se posicionan para aprovechar una nueva oportunidad de negocios. Por eso han invertido en agro los fondos de pensión o jubilación así como otros que compran empresas y también bancos internacionales.

Cada uno de los operadores de fondos maneja esos capitales con realidades muy distintas y, al no encontrar rendimientos superiores al 6 a 7%, buscan otros productos para invertir y defenderse de la inflación, razón por la cual los fondos de pensión en los próximos 5 años van a duplicar las inversiones en el sector agro.

En tanto, Alfonso Ruiz Guiñazú, coaching en coberturas de precio de granos en la Argentina y Uruguay, ingeniero en Producción Agropecuaria de la UCA y Master en Economía Agrícola de la Universidad de Illinois, EEUU, disertó sobre “Cobertura de precios de negocios agrícolas con derivados financieros”. Señaló que “hay que pensar el futuro para modificar el presente” y que “tras un mercado de granos muy volátil en los últimos 15 años, con subas y bajas permanentes, sobre todo en soja y trigo, se necesitan tener coberturas permanentes, de manera de no vender a cosecha sino poder hacerlo cuando el precio es más alto». Para ello, recomendó la necesidad de los productores en asesorarse en herramientas de coberturas simples y genuninas. a diferencia de las especulativas.

Rubén Ullúa, consultor privado y analista de mercados financieros especializado en análisis técnico tanto para el mercado de valores como de commodities, y profesor de la Fundación del Mercado a Término de Buenos Aires, disertó sobre “Análisis técnico y perspectivas de precios de mercados agrícolas”. Señaló que “no existe un modelo que prevea lo que va a pasar con los precios”. Según explicó, el análisis se debería ajustar en el tiempo y trabajarse sobre probabilidades. El fondo especulativo busca diferencia de precio. Recordó que el mercado comercial de cobertura busca cubrir su producción, donde el productor quiere evitar las bajas y el industrial recortar las subas.

“En Chicago están todos, tanto el especulador como el operador comercial, pero el que comanda el mercado es el operador especulativo, porque tiene grandes volúmenes de dinero que entran o salen al mercado y marcan tendencia. Por eso hay que saber cómo piensa el especulador. Dentro del análisis técnico, los mercados son ciclotímicos y repiten comportamientos en el tiempo y cuando la tendencia comienza, la gente no le cree al mercado. Por eso, el operador comercial debe pensar como especulador, para poder aprovechar la eventual caída. Los mercados castigan el consenso. En la desconfianza muchos especuladores venden y el comercial comienza a stockear. Luego empiezan a subir las cotizaciones por efecto de la especulación, que finalmente se agudiza”, describió.

(*) Acerca de la bioeconomía

El nuevo paradigma de la bioeconomía comprende a las actividades económicas basadas en la producción y transformación sostenibles de la biomasa renovable en alimentos, energía, productos medicinales, materiales y productos químicos para la industria y la agricultura. El desarrollo de empresas en la bioeconomía, los bionegocios, es una prioridad estratégica para la mayoría de las naciones del mundo porque permiten, por un lado, reducir la dependencia en petróleo y, por otro, atenuar el impacto ambiental de la actividad humana.

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