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Lecheria

14/05/2014

Tambos: la importancia de mantener el estatus sanitario

La demanda mundial de lácteos, cada vez más importante, impulsa al Senasa a maximizar sus recursos en la lucha contra la tuberculosis y la brucelosis.
FUENTE: Senasa

La creciente demanda mundial de productos lácteos plantea una excelente oportunidad de mercado en los próximos años para nuestro país que, durante el 2013 exportó 350.723 toneladas provenientes de establecimientos certificados como libres de tuberculosis y brucelosis por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

“La lechería conforma uno de los complejos agroindustriales más importantes de la Argentina, observándose una mejora significativa en la calidad de la leche producida, entre otras causas, por la aplicación desde el Estado de planes de control y erradicación de enfermedades como la tuberculosis y la brucelosis”, indica Luis Carné, vicepresidente del Senasa.

Estas acciones del Senasa se enmarcan en la estrategia impulsada desde el Ministerio de Agricultura de la Nación de favorecer el valor agregado en la producción agroalimentaria destinada al consumo interno y a la exportación.

Mapa lácteo

El mapa de la lechería argentina muestra una estructura primaria de aproximadamente 2 millones de vacas en lactancia ubicadas en 11.800 tambos  -que actualmente ocupan 3 millones de hectáreas- que produjeron en la última campaña alrededor de 11.400 millones de litros de leche, con una producción individual de 5.150 litros por lactancia.

La distribución de la producción primaria se encuentra principalmente en las cuencas lecheras de las provincias de Córdoba (36%), Santa Fe (30%), Buenos Aires (26%), Entre Ríos (5%) y La Pampa (2%). “La región pampeana aporta el 99% del total de leche del país”, refiere el director nacional de Sanidad Animal del Senasa, Rodolfo Bottini.

El 80% de los establecimientos productores de leche corresponde a un rango de entre 100 y 499 hectáreas totales. Normalmente, se trata de establecimientos con una producción mixta de actividades agrícolas y ganaderas. La superficie asignada al rodeo de vacas de tambo tiene una mayor importancia en el estrato de 100 a 200 hectáreas (50% de los tambos).

Solamente un 6% de los tambos supera las 300 vacas en ordeñe, y la provincia de Entre Ríos muestra un predominio marcado de establecimientos más pequeños: un poco más del 80% de los emprendimientos familiares no supera las 50 vacas en ordeñe.

Las explotaciones lecheras de menor escala producen de 1.000 a 2.000 litros diarios.

En una situación intermedia aparecen las explotaciones medianas a grandes, que se ubican en el rango de 2.000 a 3.000 litros diarios de leche y disponen de 200 hectáreas destinadas a la actividad.

“La producción primaria lechera argentina proviene de rodeos libres de brucelosis y tuberculosis o que se encuentran bajo programas oficiales de control y erradicación de ambas enfermedades, instrumentados por el Senasa”, destaca Nicolás Winter, director de Programación Sanitaria de ese organismo.

Programas de prevención de enfermedades

La  tuberculosis bovina es una enfermedad infecto-contagiosa producida por una bacteria (Mycobacterium bovis), que puede transmitirse a otros animales domésticos como los porcinos, ovinos, camélidos, caninos, felinos, animales silvestres e inclusive al hombre.

“Por tratarse de una enfermedad zoonótica, es decir transmisible al ser humano, se considera de riesgo profesional ya que puede afectar a trabajadores rurales, de la industria frigorífica, tamberos y veterinarios”, explica Pedro Torres, responsable del Programa Nacional de Control y Erradicación de la enfermedad instrumentado por el Senasa.

Con el objetivo principal de erradicarla de los tambos, el organismo estableció un plan en 1998, siguiendo los lineamientos del código de prácticas para la leche y productos lácteos del Comité de Codex de Higiene de Alimentos del Código Alimentario.

El Plan fue actualizado en 2012 por la Resolución Senasa N°128 y tiene vigencia en toda la Argentina. En el período 1995-2013, se alcanzaron las 8.009 unidades productivas certificadas por el Senasa como oficialmente libres de tuberculosis que, en conjunto, reúnen a 2.8  millones de cabezas bovinas libres de la infección.

En el caso de la brucelosis, otra enfermedad zoonótica infecto-contagiosa de los bovinos, las actividades incluidas en el plan actual –establecidas por la Resolución Senasa N°150/2002- son la vacunación antibrucélica obligatoria a la totalidad de las terneras de tres a ocho meses de edad bajo una estrategia regional en simultáneo con las campañas de Fiebre Aftosa, la certificación de establecimientos libres y el control de egresos de animales destinados a reproducción y de tambo.

En cuanto a la vigilancia epidemiológica, se realiza  a través de monitoreos en tambos proveedores de los establecimientos procesadores de leche y fabricantes de productos lácteos.

“Los establecimientos oficialmente libres de la enfermedad recertifican anualmente el estatus sanitario adquirido, mediante una serología aplicada a la totalidad de los animales susceptibles”, indica Jorge Hart, responsable del Programa. En el período 1999-2013 se registraron 8.723 tambos certificados por el Senasa como oficialmente libres de brucelosis.

Profesionales del programa participan en talleres y seminarios interinstitucionales de zoonosis donde analizan y difunden las medidas de prevención y control de estas enfermedades, tanto en los animales como en los humanos.

Por otra parte, en la actualidad se encuentran vigentes dos planes provinciales que superan las exigencias mínimas establecidas a nivel nacional, en la provincia de Santa Fe (Resolución N°497/2002) y en el departamento de San Justo (Freyre-Devoto) de la provincia de Córdoba (Resolución N°905/2004).

Actualmente, el programa de brucelosis se encuentra en un proceso de actualización de su normativa para mejorar los alcances del plan, establecer sistemas de vigilancia y avanzar en la declaración/obtención de zonas libres.

14 de mayo de 2014

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